Después de descubrir que el perfume tiene el poder de transportarla a momentos pasados, Luna no puede resistir la tentación de probarlo una vez más.
Esta vez, al rociarse, se encuentra rodeada de su familia, celebrando la Navidad del presente. ¡Sorpresa! El ambiente es el mismo, pero algo se siente diferente: la magia del pasado se mezcla con la del presente.
Y es que, en este segundo viaje, Luna empieza a notar que el perfume no solo la lleva a otros tiempos, sino que también transforma su percepción del mundo que la rodea.